Misión Imposible

Perdidas millonarias para Misión Imposible la sentencia final

La octava entrega de Mission: Impossible, titulada The Final Reckoning, enfrenta una misión que ni Ethan Hunt podría completar: recuperar su inversión multimillonaria. Según proyecciones de la industria, la película —que demandó 400 millones de dólares en producción y otros 150 millones en marketingenfrenta pérdidas teatrales estimadas entre 200 y 300 millones de dólares.

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El análisis financiero es contundente: para alcanzar el punto de equilibrio, The Final Reckoning debería recaudar cerca de 1.000 millones de dólares en taquilla mundial, una cifra que ninguna entrega previa de la franquicia logró en sus 29 años de historia. La mejor marca fue Fallout (2018), con 791 millones globales. Las proyecciones actuales sitúan a la nueva entrega en torno a 550-650 millones, lo que abre una grieta sin precedentes en una saga que hasta ahora había sido sinónimo de rentabilidad.

Una producción atravesada por contratiempos

La historia detrás de cámara explica parte del colosal presupuesto. En 2019, Tom Cruise y Christopher McQuarrie decidieron filmar las entregas 7 y 8 de forma consecutiva. Pero la pandemia alteró los planes: siete interrupciones, más de 19 meses de filmación, incendios en sets, fallos técnicos y gastos extraordinarios de sanidad —incluidos cruceros para el aislamiento del equipo pagados por el propio Cruise— elevaron los costos a niveles nunca antes vistos.

La huelga de actores y guionistas de 2023 postergó aún más la producción. Paramount mantuvo estructuras costosas, como un submarino de 25 millones de dólares y un tanque de agua de dimensiones récord. Un fallo mecánico en 2024 en ese mismo set sumó semanas de parálisis y millones en pérdidas.

Entre 2011 y 2018, la franquicia promedió un retorno de inversión del 359% con presupuestos controlados. Pero desde Dead Reckoning – Part One (2023), esa tendencia se rompió. Con 291 millones de presupuesto, la séptima entrega cerró con pérdidas estimadas en hasta 200 millones. The Final Reckoning profundiza esa curva, con un ROI proyectado negativo del -45%.

Estreno fuerte, pero no suficiente

En sus primeras cuatro semanas, la película acumuló 506 millones de dólares, con 165 millones en EE.UU. y 340 millones en el resto del mundo. Si bien tuvo el mejor estreno inicial de la saga con 64 millones en tres días, la falta de crecimiento posterior limita sus perspectivas. Además, perdió terreno frente a Lilo & Stitch, que en el mismo período recaudó 145,5 millones, ocupando muchas de las salas premium como IMAX.

La demografía del público también preocupa: el 54% de la audiencia tiene más de 55 años, lo que indica problemas para atraer a nuevas generaciones.

El cambio en los hábitos de consumo post-pandemia agrava el panorama. En 2019, el 55% de los espectadores prefería ir al cine. Hoy, esa cifra cayó al 35%, con el streaming consolidado como la opción predilecta. Inside Out 2, por ejemplo, logró un ROI del 750% con un presupuesto de 200 millones, mostrando que el mercado sí responde, pero a propuestas con mayor afinidad familiar y emocional.